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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Y lo que cambian las cosas

Y por casualidad he llegado aquí de nuevo.

Abrí este blog hace un tiempo con la intención de obligarme a escribir algo, a contar cosas "curiosas" pero al final, como siempre, las ideas se van desvaneciendo, y nunca sacas tiempo, y el punto de vista va cambiando... hasta que al final así terminan las cosas. 

Mi reflexión de hoy, mirando todo esto en perspectiva, es sobre cómo cambia tanto la perspectiva de tener "un blog". Hace muchos muchos años, aunque esto de colgar en la red tus pensamientos y tus cosas ya estaba extendido, siempre cabía la posibilidad de mantener en secreto (como quien tiene una libreta en la que apunta sus pensamientos), pero ahora es incluso necesario para ciertas profesiones el tener un lugar donde compartir experiencias, enseñar algo al resto de personas que puedan estar interesadas, darte a conocer, dejar que algún interesado mire tu currículo o aprender algo más de los comentarios que te puedan ir dejando.

Ahora también está todo más centralizado: si te haces conocer a través de Facebook y Google, lo tienes todo. Este blog sin ir más lejos ha tenido casi 500 visitas y tiene un puñado de entradas que ni son relevantes ni son en gran manera interesantes. 

Y la mayor ventaja de tener un blog es que en cualquier momento puedes dejar una publicación, hacer que gente se involucre o lo que más te apetezca, porque va a seguir estando ahí. 

A lo mejor algún día de estos consigo una manera de aprovechar el que tengo. ¿Ideas?