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lunes, 22 de julio de 2013

Putas


Nova (Fallout 3)
Hoy he tenido una especie de revelación. O más que una revelación, llamémosle pregunta. ¿Por qué cada vez que sale en un videojuego la palabra matrimonio, sexo o derivados tenemos tanta curiosidad?

He sido consciente de esto cuando he entrado en la taberna de Moriarty y, Nova, la puta camarera del lugar (y no es que la quiera insultar, es que es puta y camarera) me ha dicho que si alquilo una habitación para una noche ella viene incluida en el pack. No me lo he pensado ni dos segundos: aceptar.

Y mira que de normal soy de esas que ahorran cada perra chica en los juegos y, si es posible, no gasto en dormir y en comer. Pa qué, si no se va a morir. No puede porque es de mentira. ¿Qué pasa, que el sexo si es de verdad o algo? ¡No!

De hecho, el detonante de que esta cuestión llegar a mi cabeza fue cuando la ligera muchacha subió hasta la habitación y se tumbó a dormir. ¡A dormir! ¡Eso no es lo que me habías prometido, cortesana! Y la bombillita se conectó en mi cabeza.

¿Qué es lo que es? 

Liara y mi Shepard
Porque puedo seguir poniendo ejemplos. En el Skyrim estaba como loca por casarme con mi acompañante Lidia y me pasaba el Mass Effect a velocidades inhumanas para tener «un ratito íntimo» con Liara y he de reconocer que justo antes del final, en el Mass Effect 2, llegué a cargar como cuatro veces para ver qué pasaba con el resto de miembros de mi equipo.

¿Estoy enferma?

Creo que no, hasta donde yo sé, o no mucho. Y si lo estoy, es una enfermedad tan expandida que hay vídeos de todos los finales posibles de Mass Effect con infinitas visitas. Lo sé porque un amigo de un amigo me lo ha dicho. Sí, eso.

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